jueves, diciembre 07, 2006

No era Halloween era un matrimonio

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Te compadezco pendejo.

Luego de delirar por las nauseas que me causó la semana pasada he recobrado la cordura. Específicamente el día Jueves pasado cuando en la noche me visitó un pana de mi promoción y me dijo por fin había encontrado a la mujer de su vida, por lo cual me invitaba el sábado (02/12/2006) a su matrimonio. Lo primero que hice fue cagarme de la risa y decirle déjate de huevadas no vengas con pendejadas, pero muy serio me dijo no es verdad.

De pronto todo se me vino a la mente, la época de Universidad cuando todo era desenfreno total, las veces que este pelamaso vaciló y en las cuales lo jodimos porque se conseguía unos bagres que ni Nickelodeon los presentaría en sus animados. Tanto habló y aseguró que ninguna mujer lo sometería y de pronto se casa. Tal vez porque el muy pendejo tiene 36 años y no quiere quedarse solo o será que se comió el pastel antes de la celebración, lo claro es que hasta su forma de ser cambió.

El muy tarado era evangelista o algo así, pero parecía que no lo era por sus acciones. Soy sincero no acudí al casamiento en la iglesia porque no me siento cómodo entre tantos evangelistas. Sin embargo fui el primero en llegar a la fiesta. Cuando llegó el novio ya estaba instalado con mis amigos viendo los toros de lejos, lo fuimos a felicitar, no se porque, cuando note la barriga de la novia, ahí ví la verdadera razón del matrimonio.

Luego ya entonados con el whisky, logré notar en la otra mesa una señora sola, a la cual le calcule 36 años, estaba bien buena. La invité a nuestra mesa y le pedí un trago para ella, logré profundizar con ella y la saque a bailar. La comenzé acariciar, a pegarla al cuerpo y cuando pusieron reguetton los brazos se multiplicaron, por un momento logré divisar las miradas de los familiares de la novia, parecían que habían visto al mismo diablo.

Desde ese entonces comenzó el calvario, toda cosa que hacía las viejas santurronas de la otra mesa me hacían señales de moderación. De repente apareció un tuerto de mierda y le dijo a la señora “mi amor ya estoy cansado vámonos a casa”. Me quedé helado, porque el muy bestia me vio agarrarle las carnes a su mujer y no dijo nada.

Mis panas se gozaron esta situación, pero con los tragos en la cabeza si me decía algo el muy pendejo ni dos veces lo pensaba y le pateaba la quijada. Al despedirse la señora me dio un beso casi en la boca y me dejó su número personal.

Con los tragos me dio ganas de fumar y cuando estábamos con mis panas prendiendo el fuego divise a 5 señoras hacer una negación con la mano. Hasta la mujer de un amigo se quedó sorprendida cuando una señora le llamó la atención.

Fue el momento que me pareció que todo se iba por la borda. Se paró la música y una gorda que parecía Free Willy comenzó a llamar a los solteros para un juego de compatibilidad, no se quien chucha le dio mi nombre. Me pare de la mesa y le dije a mis amigos se término esta huevada, vamos a darle las felicitaciones al novio y salgamos de esta pesadilla, sino la gorda mofletuda se me va a agarrar como garrapata en bolsa de toro.

Así hicimos y de verdad creo que una vez afuera fue el mejor cigarrillo que había probado en mi vida. Le hubiera regalado una manopla al novio para que ahuyentara a este poco de bastardos.

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Un buen regalo para alejar a todos esos bastardos.

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